domingo, 12 de octubre de 2008

EL FARO DEL FIN DEL MUNDO/LAUTARO VIEYRA INTERVIEW

Lautaro Vieyra, guitarrista virtuoso, y ser humano entrañable, actualmente radicado en Francia desde hace más de un año, nos cuenta del álbum debút del la agrupación de Fusión Progresiva "El Faro", quince años después de haberlos escuchado por primera vez. Una de las propuestas más originales e interesantes de principios y mediados de la década del '90, conformada por talentosos músicos de formación clásica y popular, músicos de conservatorio como sus padres del género allá por fines de los '60. "El Faro" tenía la impecable virtud de combinar elementos del tango, del folcklore y del jazz amalgamado con el mejor espíritu experimenal y creativo del Rock Progresivo. Aún recuerdo cuando en nuestro programa radial "La Llave Oculta RadioShow" allá por 1994 cubrimos por intermedio de ese gran amigo de la vida Claudio Sanjurjo uno de los recitales en San Isidro quedando impactado por la propuesta bien Progresiva y Argentina de la banda que le daba una identidad impactante. Fué así como la seleccionamos para ser grupo invitado en el primer evento progresivo armado en el Bauen Hotel junto con la agrupacion "Cast" de la Asociación del Rock Progresivo (Arpro) y vaya si dejaron huella ese día!!!
Hoy quince años después la música de "El Faro" deja de ser un secreto de pocos para llegar a tus oídos aquí en UniversoLimbo ingresando en: www.myspace.com/elfarosonoro (podes bajarlo y escucharlo tranqui en tu mp3 favorito!)
Mientras tanto, su excelso guitarrista ese gran tipo llamado Lautaro Vieyra te cuenta como se gestó todo...el bigbang de éste sueño:

¿Contanos sobre los origenes de esa gran banda de progresivo-fusión: "El Faro", que aún hoy sigue siendo un secreto para muchos?

Bueno, la historia fue así: Yo estaba en el conservatorio y tenía un compañero que se llamaba Sergio Girón, percusionista. El me comentó que estaba tocando con un tal Víctor Mariano, un tipo que cantaba onda Tom Jones, pero de las pampas. El tipo había hecho carrera durante los ’60 y después desapareció, intentaba volver a las pistas y armó una banda nueva con sus amigos. No se como llegó Sergio a tocar la batería ahí pero me pareció divertido participar en algo parecido a ser un músico profesional, un sesionista, aunque en este caso no nos pagaban ni el bondi. Así fue que conocí al tipo que tocaba los teclados ahí, Miro Della Bitta, que tampoco era amigo de Víctor Mariano, supongo que los dioses complotaron para que nos conozcamos. Un día me pregunta si quiero que me acerque en su coche (los ensayos eran bastante lejos), yo acepte encantado y en la charla descubrimos que nos gustaban las mismas cosas, a pesar de tener 12 años de diferencia. Así fue que el propuso juntarnos a zapar en una sala de ensayo. Él llevó un percusionista, Guillermo Boro, un bajista, Claudio Novak, otro teclado, Nicolás Kamien y Sergio tocaba la batería, yo la guitarra. Así que El Faro empezó como casi todas la bandas, supongo, juntándose a jugar, a hacer música y punto.

¿Cómo ha sido y es tu historia personal con la música?

Mi historia con la música es un poco confusa, jaja. Siempre repartido, un pie en lo académico y un pie en lo popular. Mientras hacía el conservatorio y estudiaba música clásica, tomaba clases con profesores particulares y armaba bandas de rock progresivo. Esa dicotomía es un estigma que no puedo (ni quiero) quitarme, hoy estoy estudiando composición elctroacúsitca y mixta (instrumentos y cinta) pero sigo siempre tomando mi strato y en definitiva la mezcla de lo que me gusta es lo que me sale, no puedo encasillarme en un genero o estilo particular. De hecho creo que El Faro fue un poco eso, buscar sin miramientos estilísticos. En la diversidad esta el gusto. Abrir la cabeza me obsesionó quizás porque cuando empecé a estudiar me di cuenta de que había un montón de música que estaba buenísima y si pretendía ser músico tenía la obligación “moral” de conocerla, así descubrí poco a poco que la música toda es una gran rueda y que los prejuicios estilísticos sólo sirven para poder poner la música en un estante de la disquería. Por suerte hoy eso está cambiando, la música se puede escuchar en el ciberespacio, las discográficas pierden su poder y la gente se ve obligada a buscar por sí misma y sacar sus propias conclusiones. De hecho, para mí rock progresivo no es un estilo definido sino un rock con espíritu de búsqueda, de “progreso”, por eso supongo que me siento cómodo si me ponen en ese estante (jaja).

¿Qué representa para ti poder saldar la deuda de la "opera prima" de "El Faro"?

El disco era para una banda, hace 10 años, una especie de mega meta obligada. Todos soñábamos con llegar a tener el disco en alguna disquería. Trabajamos mucho para lograrlo, juntando cada monedita que salía de los shows para poder pagarnos un estudio de grabación. Nos llevó muchos años concretar eso pero no alcanzó el dinero para pagar la edición y el grupo entró en crisis antes de poder siquiera intentar contactarse con alguien que quisiera editarlo. Fue muy frustrante que luego de grabar y mezclar, con todo el material cocinadito y listo para salir, el grupo entrara en un nuevo paréntesis (ya habíamos tenido 3 años de separación entre 1997 y el 2000 ) y no haber llegado nunca a esa meta que estuvo ahí, como una zanahoria, desde casi el principio. Y digo paréntesis porque, si bien ahora cada uno está en caminos muy distintos, de hecho yo estoy a 11.000 kilómetros, nunca se sabe que pasará en el futuro. Por eso me pareció que podía aprovechar los nuevos espacios y recursos que la tecnología nos ofrece hoy, hacer unas tapas, subir el disco a un servidor y ofrecerlo al que quiera tenerlo, como un homenaje personal a una etapa que fue muy importante para mi desde lo personal, donde aprendí mucho y disfruté más aún. Es también saldar una deuda, cerrar como corresponde ese período. Sentir la satisfacción de alcanzar ese objetivo.

¿Cómo sigue tu futuro en la música? ¿Cuáles son tus próximos proyectos musicales?

Mi futuro en la música es incierto, jaja. Me gusta concebir el camino como una búsqueda. Lo importante para mí no es el objetivo si no el trayecto. En el hacer cotidiano se va marcando un rumbo, y el horizonte es la búsqueda, tratar de encontrar un sonido propio. “Tengo la esperanza de encontrar un sonido” decía el gran Lebon, creo que en eso estoy. Ahora tengo en proceso una composición que tiene ciertos rasgos de una fuga académica pero que estoy trabajando en protools y por consiguiente, con pinceladas de la acousmática pero sin dejar de lado la guitarra eléctrica como voz cantante. Sin dudas voy haciendo con lo que tengo a la mano. Para mi no se trata de lo que tenés sino de qué haces con lo que tenés. No se hacia donde voy pero lo iré sabiendo en el trayecto. Por otro lado me interesa mucho el trabajo compositivo en función de otras disciplinas. Quisiera profundizar lo que ya empezamos con el resto de los que conformamos Taleamúsica (una empresa de producción musical con rasgos de “cooperativa”), es decir, música para cine, cortos, radio, etc. Lo que no tengo previsto en el corto o mediano plazo es tocar en el marco de un grupo. Me veo más bien tocando como si fuera una obra mixta, es decir, con la computadora. Las sonoridades que tengo en la cabeza son difíciles de lograr en un grupo estándar, creo que saldré con la guitarra y la computadora a escena. Supongo que esto surgió como consecuencia de la maravillosa experiencia que fue tocar en “LaLima!”, un proyecto gestado por Leonardo Magnelli, un excompañero del conservatorio. El compuso unos temas que tenían un problema similar, para hacerlos sonar en vivo no alcanzaba con la gente con la que disponíamos, así que decidimos usar pistas y salir a tocar así, le experiencia fue fantástica. Luego llegué a Paris y empecé a tomar contacto con lo que está pasando en la música contemporánea, a perder el prejuicio de abusar del trabajo en el ordenador. De hecho es algo que viene pasando hace años. Recuerdo como nos escandalizábamos cuando descubríamos que Pink Floyd o Yes tenían cosas grabadas en los shows. Hoy ya no me escandalizo, de hecho me interesa las posibilidades que se abren, es otro concepto.

¿Qué anécdotas podes recordar de toda esa movida mágica que se había creado a principios y mediados de los '90?

La movida del rock progresivo en los ’90 es para mi un recuerdo muy emotivo, era aún un adolescente y todo eso me parecía muy divertido. Cuando surgió la ARPRO (Asociación del Rock Progresivo de Argentina) yo sentía como que se armaba un club y me gustó ser parte. Además me parecía que había un espíritu de renovación en el progresivo que lo acercaba más a lo que para mí es el género. No un sonido particular y delimitado, definido, que lo encasille y lo ahogue, sino una actitud de búsqueda. Una de las peores cosas que le puede pasar a una expresión artística es transformarse en su propio cliché, en su propia caricatura. Si seguimos esperando que el progresivo sea como en los ’70 lo condenamos a ser una música para unos pocos, lo alejamos de las nuevas generaciones y decretamos su muerte. En los ’90 el progresivo parecía tomar nuevos aires y aún recuerdo cuando algunos se preguntaron si “OK Computer” de Radiohead era o no progresivo, eso era para mí una actitud saludable. Surgían programas de radio, revistas y se organizaban recitales todo el tiempo, las bandas empezamos a conectarnos y fruto de esas conexiones fue mi breve incursión en Ekus. Creo que el show con Cast en el Bauen hotel fue probablemente de lo más significativo porque nos acercó a oídos de muchos fans del género y nos abrió las puertas de los medios masivos con la entrevista que nos hizo para el diario La Nación Ernesto Castrillón, cuando escuchó El Faro en ese show le gustó mucho y así fue que terminamos en una sesión de fotos en la redacción del diario, jugando a ser estrellas de rock. Las charlas con la gente de la ARPRO en la galería jardín tenían para mi un sabor a reunión de amigos que también guardo en un rincón del corazón. Espero que el rock progresivo siga creciendo y reformulándose, buscando, creando cosas nuevas que permitan que la gente sienta interés en ese tipo de “actitud musical”, en vez de alienarse y repetir formulas que lo aíslan y lo condenan a pequeños reductos para unos pocos y finalmente desaparecer. Esa parecía ser la actitud que reinaba en los ’90.

Nota realizada por Darío C. Carzino

Gracias por tanto Lautaro, y amigos músicos del "El Faro"... perdón por tan poco!!! desde aquí te y les deseamos los más grandes éxitos de los cuales son merecedores. "El Faro" una de esas pocas bandas que dejan huella y que en el futuro su música siempre será considerada "distinta" y "clásica". Dos eternas características que son parte del mundo de los sueños y las utopías de la bella escena del Rock Progresivo.

Contactos con Lautaro M. Vieyra y El Faro >> TALEA MUSICA
www.taleamusica.com.ar
www.myspace.com/lautarovieyra
www.myspace.com/elfarosonoro


3 comentarios:

Anónimo dijo...

tremenda banda, un tiro pal lado de la justicia Darío, me bajo el disco y me fuí a los tiempos de la radio buena musica y lindo lo del pibe ojala le vaya bien. Eran buenos de en serio! lo baje y toy escuchando "Pena" y me acuerdo el Bauen con Cast que loco. mato la nota che y traete algun reportaje a otras bandas de esa epoca como chaneton, rapto de europa, ekus loquisimo

Anónimo dijo...

mi querido amigo siempre es bueno postear algo que tiene que ver con el arte. con artistas, con sueños y con una época tan maravillosa e inocente para algunos de aquellos utópicos que intentamos forjar un lugar donde pertenecer...una especie de "club de amigos" como dice bien Lautaro en el interview. ¡Cuanta música! ¡Cuantos sueños! y ¡Cuanto maravilloso tiempo para invertir en Arte! Inolvidable! realmente inolvidable! Por eso cada tanto es bueno volver al aunque sean por un ratito ...a esa momentos en que la hemos pasado "de pelos" como diría el querido Bart...Maestro le pediría que sería bueno se identifique así recuerdo con quien estoy hablando..no lo tome como obligación ...tan solo curiosidad de seguro un viejo camarada de una movida que valió la pena!

Elisa dijo...

Que bueno que en este blog nos brindes la oportunidad de conocer bandas y artistas de nivel,como estos , y musica tan agradable a los oídos...que invita a soñar.
La disfruté de principio a fin en myspace. El reportaje me dejó un sabor a nostalgia ajena, cálido, entre amigos..., y ¡cuanto arte!...
Seguramente habrá sido una valiosa experiencia...
Y , ¡Que hermosa la posibilidad de compartir música con amigos!
Te dejo mis saludos... Eli.