domingo, 18 de mayo de 2008

RETORNO O REENCUENTRO CON MI INFANCIA

Hace unos días fuimos con algunos de mis hijos más chicos, Diego y Milagros precisamente, a una excursión al cine a ver dos pelis que tienen que ver más con quien alguna vez fui, que con la propia vida de ellos: “Iron Man” y “Meteoro”, con esta última lloré, no se qué fibras íntimas toco pero indudablemente cierto espíritu quijotesco de luchar contra el sistema corrupto que tiene la película me emocionó, porque vi mis orígenes, mi propio espíritu de quijote un tanto loco y romántico, porque de ahí vengo y esas son mis raíces, las cuales se que jamás cambiarán, porque son convicciones tan firmes que jamás me interesarán los adversarios, sólo se de mí y de dormir con mi conciencia tranquila respetándome y haciéndome respetar a pesar que pueda perder en otros aspectos. La Dignidad como patrón sagrado de la lucha por el deber de respetarse hacia uno mismo. Esa es la única pelea. Mi Dignidad como Ser Humano. Y por eso, una vez más como cuando niño, me sentí “Meteoro” y por eso las lágrimas que intenté disimular a mis hijos cuando la peli terminó, porque… ¿cómo decirles a ellos que me volví a encontrar con mi infancia? ¿Cómo decirles a los dos pequeños que quien estaba junto a ellos en la sala del cine no era papá sino apenas un niño de flequillo de casi unos 10 años con tantos o más sueños de los que tengo hoy? En eso nos parecemos tanto aquél que fui y éste que soy: LA MISMA EPICA ROMANTICA EN EL MIRAR EL MUNDO Y EN EL QUERER VIVIR Y APRETAR CADA MOMENTO DE FELICIDAD COMO SI FUERA UNICO Y ETERNO…corriendo a mil por hora, disfrutando de cada uno de los momentos que son vida, peleando contra un sistema que bien se es casi imposible de vencer, pero convencido que regaré la pista de la mayor energía posible para obtener pequeñas victorias que me lleven al podio de una sociedad digna para mis hijos, alumnos, amigos y compañeros de lucha diaria….Así de simple como “Meteoro”….

TARDES DE VASCOLET, BEATLES, WINCO Y TELEVISION BLACK & WHITE!!

“Mañana siempre será mejor” decía el flaco Spinetta al finalizar un reportaje que le hacía Juan Alberto Badía junto a su socia Graciela “Grace” Mancuso por Radio del Plata en un mítico programa nocturno llamado “Imagínate Flecha Juventud” (auspiciado por la marca de zapatillas, hoy tan fashion).

“Artaud” era el nuevo álbum que presentaba y así, sólo con su guitarra, entre charlas y poesía metafísica, muy común del Luis Alberto de esos tiempos, aún hoy resuenan en mi mente las bellas canciones de ese álbum fundamental del Rock Argentino. En esas hermosas tardes de verano nos juntábamos con los chicos y chicas del barrio, en general después de ver “Zapatos Rotos” en la tele, donde veíamos dibujitos (hoy cartoons) de Meteoro, los héroes de “La Marvel Comics”: Thor y su Martillo Mágico (con mitología nórdica incluída), El Hombre de Hierro (hoy “Iron Man” y un Tony Stark increíble), El Capitán América (Propaganda Yanqui pero estaba bueno para esos tiempos en que uno no entendía de esas cosas), y también “Los Autos Locos” de los cuales me enamoré del Profesor Locovich y su “Superconvertible” ya que creo que por primera vez los vi ahí. En general nos juntábamos en casa de algunos de nuestros amigos y el Toddy o el Vascolet con muchas cucharadas de chocolate estaban a la orden del día, siendo el truco revolver poco así te quedaba una crema de choco arriba flotando sobre la leche chocolatada, lo acompañábamos con cerealitas que traía el papá de Daniel, mi mejor amigo, ya que trabajaba en Canale y traía esas latas gigantes llenas de ellas y de Canaleche especiales para mojar en el café con leche o en la misma chocolatada fría. Al finalizar el mismo corríamos todos a la calle a jugar al poliladron (mi especialidad …varones contra mujeres!), algún tipo de Manchas en sus diversas clasificaciones, a saber: venenosa, congelada, escondida, y cuando llegaba la noche y los bichitos de luz comenzaban a fluir en el espacio nocturno como lamparitas de navidad a nuestro alrededor, en general después de la cena, nos sentábamos en alguna pared bajita, o en la puerta o porch de alguna casa y charlábamos sobre trivialidades pero siempre se disparaban a conversaciones de hechos misteriosos o de terror, que le había sucedido algunos de nuestros abuelos o padres, cosas que no tenían explicación racional y hasta inventábamos bastante para atraer la atención de alguna de las chicas que nos gustaba (siempre fui algo imaginativo para ello….debo reconocerlo, aún de pequeño). Esa era mi gente, mis amigos, mi Barrio, mis sueños todos, creo que vivía por y para ellos. En esos momentos de mi vida no podría verme sin ellos, y hoy soy quien soy porque ellos fueron parte importante de mi formación como tipo, fueron tan fundamentales en esos años de crecimiento escolar como mi familia ni más ni menos, con ellos aprendí a guardar un secreto, a decirle a una chica que me gustaba, a llorar por la amistad, por las alegrías compartidas y por las traiciones devenidas, aprendí a respetar y escuchar a los mayores quienes lideraban cuando era un niño, y a liderar cuando fui creciendo haciéndonos cargo de las nuevas generaciones que venían detrás nuestro, porque el barrio antes era así, una enorme y gran familia donde te formabas, como un equipo de futbol, rugby o hockey donde estaban los mayores que guiaban y uno iba aprendiendo, admirando, conociendo formas, códigos, maneras de manejarnos en la vida social, nos íbamos haciendo hombrecitos y mujercitas de bien, respetándonos, bancándonos, compartiendo nuestros sueños y frustraciones permanentes. A cada uno de Ustedes Chicos, porque así siempre serán para mi, para éste corazón que respira y late por Uds. a pesar que a muchos hace tanto tiempo que no los veo pero también se que cuando me encuentro ese espacio de tiempo no transcurrió, sólo permaneció congelado mágicamente nos sentamos a tomar un café o nos encontramos por la calle y sólo con el “Hola!!..Como estas tanto tiempo??!!!…” y es ahí, en ese bendito instante donde todo se derrite y volvemos a ser los mismos que fuimos hace más de treinta años, sí, y algunos más también…pero ¿sabés que?…tan eternos como nuestros momentos vividos allá lejos y hace tiempo y que jamás nada ni nadie podrá robar de nuestras mentes y corazones porque son tan nuestros como las siestas de verano con el Winco escuchando música debajo de la Parra de uvas de Dany con los discos simples y los Lp’s de Beatles, Vox Dei y Almendra, Pescado e Invisible, las figuritas de chapita (nenes) o las de brillatina (nenas), los barriletes caseros de caña y papel, las colecciones de autitos matchbox o los Duravit, la pistas Scalectrix, los Mil Ladrillos, El Mecano, Mis queridos Rasti…y tantas otras cosas que a veces siento que boicotean mi alma y me enternecen de tal manera que mientras escribo esto veo a mis hijos estudiar o jugar y se me llenan los ojos de lágrimas buscando a ese Darío que alguna vez fui o queriendo intentar atrapar como un caza-mariposas sin red la hermosa edad de mis hijos en la que me siento representado al escribir estas líneas.







Pta : A los chicos del Barrio de la calle Saenz al 600 de Lomas de Zamora, a todos ellos, al Gordo (Hugo), al Flaco (Robert), a Marsito (Sergio), a Silvia (algo así como la hermana mayor que no tuve), a Gustavo (aunque hoy te vea en los coles), a Daniel (¡mi mejor amigo! y hermano de Silvia), a Patricia, a Gracielinda (la colorada y pecosa Grace), A Sandrita (siempre en el recuerdo!), a Tiky (siempre bonita y atleta cien por cien), a Normita (pudimos haber sido novios ¿no? ja..ja!), a Coco (el dueño de la pelota!!), a Leo y Vero (mis hermanos menores que sí tuve la suerte de elegirlos!), a Polita, a Miguel Morelli (personaje increíble y dueño del kiosco de los sueños), y a todos los demás que hicieron de mi infancia un lugar mágico y tibio donde pasar inviernos abrigaditos y veranos frescos a la sombra de ciruelos, soñando historias que algún día cuando crezca serán narradas.

Cuento de Darío C. Carzino